Cazafantasmas: pudo (y debió) ser mejor
Cazafantasmas es una de las películas más controvertidas del año, de eso no hay duda. Producir unremake o un reboot de una cinta tan popular como la original Cazafantasmas, de Harold Ramis, siempre iba a ser un tarea difícil, pero en este caso específico, el director Paul Feig y sus actrices tuvieron más obstáculos de lo normal.
La primera controversia estuvo relacionada al nuevo reparto: hubo un grupo muy pequeño (pero muy ruidoso) de fanáticos que simplemente no estaban de acuerdo con que las nuevas Cazafantasmas sean mujeres. Sus argumentos eran machistas y tenían poco sentido. Sin embargo, un grupo más grande de fanáticos tenía mejores argumentos: al haber visto el primer trailer, mantenían que la cinta se veía tonta, estereotípica y simplemente nada graciosa. De hecho, el primer trailer de Cazafantasmas mantuvo por un tiempo el récord de más dislikes para un solo video en YouTube.
El segundo trailer, felizmente, mejoró un poco la percepción de los fanáticos hacia la película, pero no fue suficiente. El daño estaba hecho, y aunque Cazafantasmas fue bien recibida por la crítica estadounidense al estrenarse hace unas semanas en aquel país, los comentarios duros, hirientes, críticos y hasta discriminadores siguen apareciendo en las redes sociales, especialmente en las cuentas oficiales de la película. Adicionalmente, aunque no le ha ido particularmente mal en la taquilla, el filme tampoco ha recaudado suficiente dinero hasta el momento como para garantizar al 100% el eventual estreno de una secuela.
Todo este trasfondo me lleva a la pregunta más importante: ¿es de verdad Cazafantasmas una película tan mala? No realmente. Admito que me reí bastante con la cinta; tiene líneas de diálogo hilarantes y situaciones divertidas, pero lo que le falta es aquella chispa, aquella astucia tan presente en la película original. La primera Cazafantasmas se convirtió en un clásico no solo porque era divertida, si no también porque mezclaba humor con ciencia ficción, efectos especiales y momentos de oscura sátira en un cóctel casi perfecto de entretenimiento Hollywoodense. El reboot, lamentablemente, no logra nada parecido.
Las nuevas Cazafantasmas son Erin Gilbert (Kristen Wiig), la científica sin sentido del humor; su mejor amiga Abby Yates (Melissa McCarthy), una científica bastante más idealista; Jillian Holtzmann (Kate McKinnon), una ingeniera algo loca, y Patty Tolan (Leslie Jones), una ex trabajadora del metro de Nueva York que se une a las Cazafantasmas después de experimentar un suceso paranormal bajo tierra. También tenemos a su secretario, Kevin (Chris Hemsworth), un hombre innegablemente atractivo pero muy estúpido, y al villano de la película, Rowan North (Neil Casey), un tipo tímido que quiere vengarse de la humanidad al liberar un ejército de espíritus por todo Nueva York.
Lo más destacable de la primera cinta de Cazafantasmas no era la trama (aunque funcionaba), por lo que no entiendo exactamente porqué Feig y compañía decidieron recrearla para su reboot. Los detalles son distintos pero la estructura del guión es similar: las cuatro protagonistas se forman el grupo después de experimentar sucesos paranormales, un espirito posee a un humano, desencadena decenas de fantasmas por todo Nueva York, crea un monstruo gigante, y nuestras protagonistas tienen que detenerlo. Si Feig iba a cambiar a sus protagonistas, pues no entiendo porqué no decidió cambiar también un poco la trama; el guión de Cazafantasmas, aunque divertido, es demasiado previsible.
El humor presentado en el filme original de Ramis era sarcástico y algo oscuro. Bill Murray destacaba gracias a su sardónica interpretación del Dr. Peter Venkman, y el resto del elenco funcionaba gracias a la palpable química que existía entre ellos. El humor del reboot, por otro lado, es un poco más ridículo, más exagerado. Si han visto algunas de las películas anteriores de Paul Feig, saben a qué me refiero: chistes sonsos (pero bien construidos), líneas de diálogo que dan risa pero que poco tienen que ver con la trama (como una discusión inesperada sobre Patrick Swayze), y personajes que resaltan gracias a sus personalidades casi caricaturescas. Es diferente a lo que uno esperaría de una película de Cazafantasmas con el elenco original, por ejemplo, pero funciona. Me reí mucho durante la primera hora de metraje.
Es durante el clímax de la historia, sin embargo, que el filme pierde algo de energía, y deja de presentar momentos hilarantes o líneas de diálogo inesperadas. La batalla contra los fantasmas está llena de efectos digitales (bien realizados) y secuencias de destrucción y caos, pero no funciona porque es casi imposible tomarse en serio a la película. Si la historia hubiese sido presentada de manera un poco más oscura, más verosímil y menos caricaturesca, la batalla final hubiese resultado mucho más tensa porque nos hubiésemos preocupado por nuestras protagonistas; hubiésemos creído que de verdad estaban en peligro. Lamentablemente, el tono de Cazafantasmas es mucho más “light”, por lo que dicha secuencia resulta más excesiva y aburrida que emocionante.
Mucho se ha dicho sobre el nuevo reparto, como mencioné líneas arriba, pero ninguno de los problemas que tiene la cinta tiene que ver con el trabajo de las nuevas Cazafantasmas (ni con el hecho de que sea mujeres, dicho sea de paso). Sorpresivamente, McCarthy da una actuación moderada, interpretando a Abby como una mujer que verdaderamente siente pasión por la ciencia de lo paranormal. Kristen Wiig da, también, una actuación verosímil como Erin; su personaje es el que evoluciona más a lo largo de la cinta. Ellas son las que llevan la película en los hombros, y afortunadamente lo hacen con profesionalismo y encanto.
Kate McKinnon es muy graciosa como Holtzmann. Tiene algunos de los diálogos más hilarantes y memorables; se nota que querían convertirla en la equivalente de Murray en esta nueva aventura. Leslie Jones es muy divertida también como Patty (y felizmente no es un estereotipo andante, como los trailers me daban a entender), y Chris Hemsworth interpreta a Kevin como el perfecto idiota. No me esperaba que el famoso Thor fuera capaz de reírse de sí mismo de esta manera.
Cazafantasmas es una comedia cumplidora que lamentablemente pierde fuelle mientras va acercándose a su climática batalla final. Los cameos de los actores originales (menos Harold Ramis) son aburridos y decepcionantes. Los efectos especiales son bastante espectaculares y las actuaciones son todas muy buenas, pero el producto final carece del encanto tan particular, de cierta inteligencia en el guión y de la gran química entre sus actores que hicieron del filme original tan memorable. Definitivamente no es el desastre que la mayoría de fanáticos esperaba, pero considerando todos los obstáculos que tenía que sobrepasar, todos los prejuicios que debía superar y a la película original que tenía que homenajear, definitivamente pudo (y debió) ser mucho mejor.
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