El Libro de la Selva
Para muchos, El Libro de la Selva podría resultar ser una película innecesaria—una adaptación al live action de una de las historias clásicas más famosas y queridas de Walt Disney. (Tampoco olvidemos que está basada en los libros de Rudyard Kipling, pero creo que a estas alturas del partido, el filme animado de los años 60 es más famoso que la obra de Kipling, lamentablemente). Felizmente, la película dirigida por Jon Favreau (Iron Man, Chef) es lo suficientemente buena como para justificar su existencia. Divertida y visualmente espectacular, se trata de una aventura bienintencionada, competentemente actuada y emotiva.
Nuestro protagonista es Mowgli (Neel Sethi), un chico que quedó huérfano de bebé en medio de la selva y que fue salvado por una pantera negra llamada Bagheera (voz de Ben Kingsley). Para poder sobrevivir, el chico fue criado por una camada de lobos, lo cual resultó en que se volviera el favorito de la madre, Raksha (voz de Lupita Nyong’o). Años después, Mowgli vive feliz en medio de la selva con su familia, pero hay alguien que se opone a su existencia. El tigre Shere Khan (voz de Idris Elba) cree que Mowgli es un peligro para el resto de animales, por lo que está empeñado en matarlo. Lo único que evita que pueda cumplir su cometido es la sagrada tregua, la cual comenzó debido a una fuerte sequía.
Sin embargo, Bagheera sabe que una vez que la sequía (y por ende, la tregua) termine, Shere Khan asesinará a Mowgli, por lo que, junto con los lobos, decide llevárselo a un pueblo de humanos. Pero eso no es lo que quiere Mowgli—el chico se escapa, y es salvado de una terrible serpiente (voz de Scarlett Johansson) por el oso Balloo (voz de Bill Murray). Inicialmente, el oso únicamente se quiere aprovechar de Mowgli y sus virtudes atléticas para conseguir miel, pero eventualmente entablan una fuerte amistad. Es por ello que, una vez que Shere Khan se entera de que el chico no se ha ido de la selva, lo ayudará (junto con Bagheera) a enfrentarse al temible tigre y probar que no es un peligro para los demás.
A pesar de que se trata de una película live action, cabe decir que la mayor parte de El Libro de la Selva es animada. Absolutamente todos los animales son generados por computadora y, hasta donde tengo entendido, la producción jamás pisó una selva de verdad. Más bien, el filme fue rodado dentro de un estudio, posiblemente lleno de plantas y tierra falsa, y complementado por una jungla digital. En realidad, el único actor verdad es les Neel Sethi, y algunos humanos que vemos en silueta (y muy de lejos) la primera vez que tratar de entrar al pueblo.
Pues no piensen que esto es un aspecto negativo. De hecho, El Libro de la Selva es una de las películas más visualmente espectaculares que haya visto en mucho tiempo. La selva se ve increíble, se siente viva, llena de animales y plantas exóticas; el filme está lleno de paisajes hermosos y tomas en las que se puede apreciar cada uno de los detalles que Favreau y su equipo insertar en todos los espacios. Y los animales… no veía animales digitales tan realistas desde La Vida de Pi. Obviamente uno sabe que son digitales, y todavía no llegan a verse 100% convincentes, pero eso no quiere decir que no funcionen.
De hecho, me encantó Balloo—uno realmente puede ver las expresiones de Bill Murray en su rostro, lo cual le otorga mucha personalidad y lo vuelve muy divertido. Y el diseño, tanto de Shere Khan como de Bagheera, es espectacular. El primero luce como un villano realmente temerario; intimidante y escalofriante, mientras que el segundo se ve elegante, tanto en movimientos como en expresiones. El Libro de la Selva ha subido la valla en lo que se refiere a efectos visuales, por lo que dudo que vaya a ver una mejor película a nivel visual en mucho tiempo.
La historia, por otra parte, no es igual de impresionante, pero no deja de entretener. La película es bastante fiel a la versión animada de los años 60s—tanto así, que incluso contiene un par de número musicales similares a los que pudimos ver en dicha producción. El primero, en el que Mowgli y Balloo cantan en el río, es sublime, mientras que el segundo, cantado por el Rey Louie (voz del gran Christopher Walken) no me terminó de convencer. De hecho, ni la canción ni el personaje me convencieron—la escena en las ruinas del templo es demasiado larga, y no se siente esencial a la trama.
La actuación de Neel Sethi como Mowgli es buena. De hecho, considerando que el hecho probablemente tuvo que actuar en sets incompletos, llenos de pantallas verdes y frente a animales que no existen, se trata de una interpretación muy creíble. Uno se identifica con Mowgli; el chico es ágil e inteligente, pero jamás se comporta como un niño agrandado, más bien demostrando fragilidad y emotividad cuando es necesario. De los animales, los que más resaltan son Bill Murray como Balloo (es simplemente genial), Idris Elba como Shere Khan (tiene la voz de villano perfecta) y Ben Kingsley como Bagheera (otorgándole seriedad y sabiduría).
¿Cómo sé que tan bien trabajan estos actores? Pues tuve la suerte de ver la película en su versión subtitulada. El 95% de funciones en Lima son dobladas (una verdadera pena, si me lo preguntan a mí), pero hay unas cuantas funciones, la mayoría de ellas en salas de Cinemark, que presentan la película en su idioma original. No sé que tan bueno sea el doblaje (conociendo a Disney, dudo que sea malo), pero para mí, no hay nada como ver una película tal y como el director quizo que lo hagamos. Si pueden ir a verla subtitulada, háganlo.
La cinta está hecha para toda la familia, pero contiene un par de escenas que podrían resultar ser muy fuertes para los niños más pequeños de la casa. De hecho, Shere Khan está presentado de manera tan realista e intimidante, que los niños pequeños podrían asustarse con él. La película no contiene nada ofensivo (ni malas palabras ni situaciones sexuales—Mowgli todavía no ha entrado a la adolescencia), pero tampoco es exageradamente infantil o inocentona.
El Libro de la Selva es una película entretenida y hecha con profesionalismo—los efectos especiales son de primer nivel, las actuaciones de voz (y la de Neel Sethi) son competentes, las escenas de acción son tensas y están presentadas de manera clara, y la historia, aunque algo simple, funciona bastante bien. No se trata de un filme particularmente memorable—no recuerdo ninguna escena que me haya parecido brillante—pero como espectáculo, como entretenimiento puro y simple, apto para toda la familia y sin cinicismos, El Libro de la Selva funciona. Véanla en el cine—se trata de un espectáculo visual que perderá mucho de su poder en las pantallas de computadoras, celulares o incluso los televisores.
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