Batman vs. Superman: El Origen de la Justicia
Nota: esta crítica contiene un par de detalles sobre Batman vs Superman que podrían considerarse como spoilers para algunos. Recomiendo leerla sólo si ya han visto la película.
Batman vs Superman: El Origen de la Justicia es una película que trata de hacer demasiadas cosas a la vez. No solo es una secuela de El Hombre de Acero; también es una introducción al nuevo Batman (interpretado esta vez por Ben Affleck) y un intento por establecer un nuevo mundo cinematográfico para los súper héroes de DC, en el que podremos ver a personajes como Aquaman (Jason Momoa) o Flash (Ezra Miller). Al tratar de hacer tanto, el filme nos deja a medias, presentándonos una historia entretenida y bien actuada, que sin embargo termina por decepcionar un poco al sentirse sobrecargada y poco desarrollada.
La película comienza con un par de secuencias muy bien logradas: un flashback en el que vemos (una vez más) el asesinato de los padres de Bruce Wayne (Lauren Cohan, de The Walking Dead, y Jeffrey Dean Morgan, quien trabajó con Zack Snyder en la subvalorada Watchmen), y otro en el que vemos a un adulto Bruce (Affleck) reaccionando a la batalla entre Superman (Henry Cavill) y el General Zod (Michael Shannon) que vimos en El Hombre de Acero.
Algún tiempo después, nos enteramos que Superman ha dividido a la gente: hay quienes lo consideran un salvador, un dios, mientras que otros, incluyendo a Batman, creen que es demasiado peligroso como para darle tanta libertad. Es por ello que el Murciélago de Ciudad Gótica quiere enfrentarse a él y matarlo de una vez por todas, actitud de la que Lex Luthor (Jesse Eisenberg) se aprovechará. Mientras tanto, vemos de cuando en cuando a Diana Prince (Gal Gadot), alias La Mujer Maravilla, entrometiéndose en los asuntos de Bruce; a Lois Lane (Amy Adams) averiguando la verdad detrás de un ataque que presenció en África; a Perry White (Laurence Fishburne) tratando de hacer que Clark Kent deje de obsesionarse con Batman, y a la Senadora Finch (Holly Hunter) intentando establecer reglas en relación a Superman y su rol en la sociedad humana.
Sí, es un montón de información, y todavía hay más.
Pero el objetivo de este crítica no es presentar un resumen del argumento. Basta con decir que Batman v Superman está llena de tramas y subtramas, personajes secundarios que aparecen por un puñado de escenas (Diane Lane está sumamente desperdiciada como Martha Kent, la madre de Superman) y otros que son establecidos simplemente para que aparezcan en las inevitables secuelas. El filme, por ende, se siente grande, denso, por lo que el título de “vs” le termina quedado chico. Quizás hubiese sido más honesto (pero menos “marketeable”) solo dejarlo con el título de El Origen de la Justicia.
De hecho, el enfrentamiento entre El Hombre de Acero y el Hombre Murciélago llega bastante tarde, y cuando por fin se lleva a cabo, decepciona ligeramente. No es que la batalla entre estos dos superhéroes esté mal hecha; todo lo contrario, es emocionante y visualmente espectacular. El problema de la película es que hay muy pocos enfrentamientos físicos entre ellos; como cuando se ponen a pelear ya tenemos a un villano que está a punto de llevar a cabo su “plan maestro”, es necesario que se amisten lo antes posible para que puedan unir fuerzas y salvar al mundo.
Sin embargo, todo esto no quiere decir que la cinta no tenga escenas rescatables. De hecho, hay momentos muy bien logrados, como una pelea en la que Batman se encarga, muy a su estilo, de un grupo de matones que tienen capturado a un personaje importante, o un pequeño montaje en el que vemos a Superman realizando acciones heroicas. Además, por muy evidente que se haya hecho, me gustó la manera en que el Hombre de Acero era mostrado como una suerte de figura mesiánica, apareciendo desde los cielos y acompañado de una luz casi celestial. No es para nada sutil, pero funciona.
No obstante, el hecho de que el filme comience presentándonos a una diversidad de personajes que tienen diferentes opiniones sobre el rol de los superhéroes en la sociedad, debatiendo sobre Superman, para luego degenerar en un espectáculo lleno de efectos digitales exagerados (precisamente, el tipo de espectáculo destructivo por el que Snyder parecía estar disculpándose inicialmente), definitivamente es decepcionante. No cuenta como spoiler porque apareció en los trailers, pero el rol de Doomsday (luciendo como un troll de las cavernas de El Señor de los Anillos, pero más deforme) en la película es ridículo. Se trata de un villano de más, totalmente genérico y mal realizado, una débil excusa para lograr que Superman, Batman y la Mujer Maravilla unan fuerzas y peleen. Yo hubiese reservado a Doomsday para otra película; acá sobra.
Desde el principio tuve fe en Ben Affleck como Bruce Wayne/Batman, y el experimentado actor no decepciona. Interpreta al personaje como alguien cansado, harto del crimen y casi paranoico debido a la presencia de Superman. Su Batman es brutal y violento, lo cual tiene sentido en el contexto del filme. Affleck se sumerge en el rol, haciendo que nos olvidemos del actor y que creamos que estamos viendo tanto a Wayne como a Batman en carne y hueso. Como Clark Kent/Superman, Cavill es también excelente. Me gustó su trabajo en Hombre de Acero, y sigue siendo igual de convincente en esta película. Cavill interpreta a Superman de la manera correcta: como alguien heroico, idealista, pero que no tiene miedo de usar de la fuerza bruta cuando es necesario. Es intimidante, pero uno jamás llega a dudar que solo está dispuesto a usar sus poderes para el bien.
Pero la que verdaderamente me sorprendió fue Gal Gadot como La Mujer Maravilla. Siendo honestos, el personaje no tiene demasiado qué hacer en la película—de hecho, muchas de sus escenas parecen haber sido grabadas tiempo después del rodaje principal, cuando Warner Bros. se dio cuenta que la necesitaba más en el filme. Sin embargo, la primera vez que aparece en el campo de batalla, acompañada por un increíble tema compuesto por Hans Zimmer (la trilogía de El Caballero de la Noche) y Junkie XL (Mad Max: Furia en el Camino), se me pusieron los pelos de punta. Gadot le demuestra a todos sus críticos que es capaz de interpretar a la Mujer Maravilla a la perfección, como una guerrera poderosa y valiente. Si hay algo que Batman vs Superman logró, fue emocionarme más por ver la película de La Mujer Maravilla.
Por otro lado, el Lex Luthor de Jesse Eisenberg es… diferente. Psicótico y lleno de tics nerviosos, el joven actor interpreta al némesis de Superman como a un Mark Zuckerberg en drogas. Considerando el tono oscuro y casi deprimente de la película, su actuación resalta demasiado. Hubiese sido más interesante verlo en una cinta diferente, aunque debo decir que protagoniza un par de escenas en la que verdaderamente sentimos que estamos frente a un hombre completamente demente e impredecible.
Actores de la talla de Jeremy Irons (como un sarcástico Alfred Pennyworth), Holly Hunter (la senadora Finch), Amy Adams (Lois), Laurence Fishburne (Perry White), Scoot McNairy (una víctima de la pelea entre Superman y Zod), Diana Lane y Tao Okamoto, tienen roles pequeños pero significativos.
El filme está lleno de problemas, de eso no hay duda. Al tratar de hacer en una película lo que Marvel hizo en varias, Snyder nos presenta una historia llena de tangentes y personajes que tienen poco qué hacer (como Lois Lane). Hubiese preferido ver solo una secuela de Hombre de Acero o solo una película de “vs” entre ambos héroes, pero al tratar de combinar esas dos premisas con un intento por establecer a la potencial Liga de la Justicia, la cinta termina por confundir (Snyder abusa de las escenas de sueño, algunas de las cuales, al no ser un fanático acérrimo de DC, no terminé por entender) y saturar (Doomsday fue… demasiado).
Batman vs Superman: El Origen de la Justicia es una película entretenida, bien actuada y visualmente espectacular, pero irregular a nivel de guión y dirección. No es un desastre, como muchos críticos han estado declarando, pero tampoco es grandiosa. Considerando la tibia recepción que tuvo Hombre de Acero (a mi me gustó más que a la mayoría) y la cantidad de críticas negativas que esta película ha estado teniendo, quizás Warner Bros. ha confiado demasiado en Zack Snyder. Honestamente, estoy más emocionado por ver películas como El Escuadrón Suicida o La Mujer Maravilla que La Liga de la Justicia, por el simple hecho de que no las dirige Snyder. Quizás un cambio de estrategia a la hora de desarrollar este universo cinematográfico sería el mejor camino a seguir…
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