3 Días para Matar es un perfecto ejemplo de lo que a mi me gusta llamar una «película esquizofrénica». Con esto me refiero a que es una película que simplemente no sabe qué es lo que quiere ser, que se siente dispersa, y que como trata de hacer tantas cosas de tantas maneras diferentes, a fin de cuentas no logra hacer nada muy bien. No me tomen a mal, siendo un producto de la gran maquinaria de Luc Besson, resulta ser bastante entretenida, y tiene uno que otro elemento que funciona muy bien, pero con un par de pulidas más al guión, hubiera podido ser bastante mejor.
El filme es protagonizado por Kevin Costner, quien interpreta a Ethan Renner, un agente de la CIA que es diagnosticado con una enfermedad terminal que le causa desmayos repentinos. Sabiendo que le quedan pocos meses para vivir, Renner decide mudarse a París, en donde viven su ex-esposa Christine (Connie Nielsen) y su hija adolescente, Zooey (Hailee Steinfeld.) La hija no quiere nada con el padre, por lo que cuando Christine se tiene que ir de viaje y deja a Ethan para cuidar a Zooey, el primero aprovecha para tratar de re-conectarse con la segunda. Pero su trabajo lo persigue. La agenta Vivi Delay (Amber Heard) viene a París para decirle que tiene una nueva misión: tiene que atrapar y matar a dos terroristas, al Albino (Thomas Lemarquis) y al Lobo (Richard Sammel). Si lo hace, Ethan recibirá una droga experimental que extenderá su vida, y aunque es durante estos días que tiene que ocuparse de su problemática hija, al final decide aceptar la oferta.
El problema más grande con 3 días para matar es el tono. O mejor dicho los cambios de tono. El director McG (Los ángeles de Charlie, Terminator La Salvación) simplemente no sabe qué tipo de película quiere hacer exactamente, por lo que le inyecta de todo: tenemos escenas de acción brutales, secuencias de comedia exagerada, momentos sentimentales entre padre e hija, dramas familiares, elementos de thriller, y al personaje de Amber Heard, quien es exagerada, misteriosa, oscura y parece pertenecer a un filme mucho más maduro y de elementos fetichistas. Es normal que una película pueda ser seria y con elementos graciosos, pero el problema de 3 días para matar es que los cambios entre escenas de diferentes tonos son demasiado discordantes y repentinos. Podemos pasar de Kevin Costner matando brutalmente a los agentes del Lobo, a una escena en donde usa a un contador italiano atado para darle una receta de spaguettis a su hija por teléfono. Son cambios que sacan a uno de la ficción de la película, y que llaman mucho la atención (negativamente.)
Lo curioso es que muchos de estos elementos que no tienen nada que ver el uno con el otro funcionan bastante bien de por sí. Las escenas tiernas entre padre e hijo funcionan básicamente porque Costner y Steinfeld son buenos actores (el diálogo es bien cursi.) Las secuencias de acción están bien realizadas; tensas, sin demasiados cortes y sin usar una cámara demasiado nerviosa. Y las escenas cómicas dan bastante risa (especialmente la del italiano.) Sin embargo, cuando el drama familiar involucra a la ex de Costner, se vuelve soso y predecible (Connie Nielsen no realiza un trabajo particularmente bueno), y una sub-trama involucrando a unos inquilinos indeseados en la casa de Ethan en Paris hubiera podido ser eliminada sin ninguna consecuencia negativa en la trama general de la cinta.
La mayor parte de actuaciones son buenas. Costner interpreta al protagonista serio en un mundo aparentemente lleno de locos. No sonríe demasiado, usa barba, es experto asesinando «malos» y está tratando de redimirse con su familia antes de morir. Hailee Steinfeld logra interpretar a una adolescente engreída y dramática sin caer mal, lo cual ya es un logro. Amber Heard tiene el papel más loco: una suerte de femme fatale fetichista, una agente de la CIA que aparentemente opera desde un club de strippers con peceras gigantes y camas redondas. Es un personaje entretenido, pero parece pertenecer a una película totalmente diferente (especialmente si se la compara con el personaje de Costner.) Como la esposa, Connie Nielsen es totalmente olvidable, y los villanos no son más que terroristas genéricos.
Como toda producción de Besson, 3 días para matar es bastante entretenida, pero a la vez carece de cierta «magia» que la mayoría de las películas del cineasta francés poseen. De repente se debe a la dirección esquizofrénica de McG; habiendo visto muchas de las producciones previas de Besson, siento que él escribió una comedia negra, un filme de acción light al estilo de La Familia, otras de sus más recientes películas. Lamentablemente McG nunca fue informado de esto, por lo que el filme, aunque divertido, no es de los mejores thrillers de acción que haya visto recientemente. 3 días para matar está buena para pasar el rato, pero es el tipo de cinta de la cual uno se olvida a los tres días (heh) de haberla visto.
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