Van Helsing siempre ha sido un placer culposo para mí; es decir, una película que no puedo dejar de ver y que disfruto a pesar de lo mala que es. Porque no lo duden ni un momento: Van Helsing es una mala película, llena de improbabilidades, malos acentos, efectos digitales que no convencen, un trama innecesariamente enredada y escenas de acción mediocres. Pero a pesar de todo eso, a pesar de todas sus ridiculeces y monstruos sacados de un video-juego, el filme simplemente me resulta… entretenido. Y gracioso. Sí, esta va a ser una difícil de defender….
La historia que presenta la película es, al principio, bastante directa, pero mientras van apareciendo más personajes y se va revelando más sobre el pasado del protagonista, más enredada se va volviendo. Cosa que uno no desea en su blockbuster millonario, diseñado para entretener a las masas con acción y CGI. Pero bueno, sin revelar demasiado los trucos y cambios en la trama, cabe decir que tenemos a Gabriel (?) Van Helsing, un Cazador de Monstruos (TM) que trabaja para un orden (obviamente) secreta de la Iglesia. El filme comienza, muy al estilo de James Bond, con una misión que no tiene nada que ver con la historia principal, con Van Helsing cazando al Dr. Jekyll/Mr. Hyde (voz de Robbie Coltrane) en París. Y ahí no es donde acaban las similitudes con el 007: una vez que llega al Vaticano, la película nos presenta a su jefe, una suerte de M religioso (Alun Armstrong), y al equivalente de Q, un monje sorprendentemente pícaro, Carl (David Wenham.)
Es aquí donde le presentan a Van Helsing su nueva y más peligrosa misión: tiene que ir a Transilvania a matar al Conde Drácula (Richard Roxburgh), quien está planeando asesinar al último miembro de una familia muy importante, Anna Valerious (Kate Beckinsale), cuyo abuelo (o bisabuelo) le juró a Dios que ningún miembro de su familia entraría al cielo antes de matar al Conde. Obviamente, si Dracu mata a Anna, ningún Valerious entrará al cielo… lo cual no sería justo teniendo en cuenta todos los sacrificios que han sufrido tratando de matar al Vampirillo. Es ahí que Van Helsing parte con Carl (quien nunca ha ido a una misión antes) a Transilvania para cumplir su misión.
A ver, ¿dónde comenzar? Si la historia les sonó compleja en mi anterior resumen (aunque no creo)… ustedes no han visto (¿leído?) nada, por usar un viejo cliché. Una vez que Van Helsing conoce a Drácula, se entera que posiblemente sea igual de inmortal que él y que se llama Gabriel porque…. ¿es el ángel caído Gabriel? ¿Posiblemente? Además el plan de Drácula también incluye revivir a sus hijitos (a quienes tuvo con sus tres novias; es todo un player) usando la máquina que usó el Dr. Frankenstein (en un prólogo bien logrado que olvidé mencionar antes) para crear a su monstruo. Lamentablemente usar seres humanos normales e inclusive Hombres Lobo (!) no funciona, por lo que tiene que buscar al buen monstruo para cumplir su cometido. Lo cual hace que la película se vuelva una mescolanza sin sentido de Frankenstein, Drácula y el Hombre Lobo. Mmmm.
Lo curioso de Van Helsing es que, a pesar de ser un supuesto homenaje a las viejas películas de terror y monstruos de Universal, y una mezcla entre esas franquicias… no es una película de terror. Si hubiera que clasificarla, diría que es una película de aventuras con un poquito de suspenso (no muy bien logrado) y bastantes efectos digitales. Es más, parece que el director/guionista (Stephen Sommers, quien se encargó de La Momia (1998), una película que sí disfruto de verdad a pesar de no ser perfecta) ni siquiera se esforzó en crear un filme con mucho suspenso o terror, lo cual tendría sentido teniendo en cuenta la temática y personajes. Hay un poquito de drama y romance por aquí y por allá, dispersos y no muy bien desarrollados, pero en general el tono se mantiene ligero, casi estilo comic book, con escenas, debo admitir, bastante graciosas, usualmente protagonizadas por el fraile Carl.
Y de repente he ahí una de las razones por la cual la película no fue un éxito de taquilla – considerando que es un filme en donde aparecen vampiros y hombres lobo y el monstruo de Frankenstein, uno esperaría que fuera un filme de terror, o aunque sea un thriller de suspenso. Lo que Sommers produjo, más bien, fue un blockbuster recontra ligero y quizás no muy bien pensado, lleno de acción y efectos sobreproducidos, muy parecido a sus éxitos anteriores con la franquicia de La Momia, pero más…. exagerado. Uno podría argumentar que esas películas tienen aunque sea una pequeña base en la realidad. En el caso de Van Helsing… no es así.
Esto se debe también a que el look general de la película no es particularmente creíble, a pesar de que de hecho hay algunos logros. Empecemos, pues, con lo positivo: el diseño de producción, incluyendo (especialmente) los sets, es simplemente increíble. La atmósfera es palpable y cada uno de los escenarios creados específicamente por Allan Cameron (el mismo de La Momia) se ve absolutamente creíble e impresionante, lo cual, junto con la fotografía y el vestuario, le da verosimilitud a la película y hace que se vea, bueno… bonita. En pocas palabras, todo lo práctico, desde los sets hasta los props, es de primera calidad. Por otra parte, la música de Alan Silvestri es igual de buena, especialmente el tema principal, el cual incluye una sublime guitarra española. Hay un tema «aventuroso» que sale en varias escenas de acción y que se parece bastante al tema principal de La Momia Regresa (también compuesto por Silvestri, evidentemente), pero es perdonable – le suele suceder a la mayoría de compositores.
Lamentablemente todo lo bueno que aporta la fotografía, el diseño de producción, el vestuario y la música es arruinado por los efectos digitales y la manera en que las escenas de acción son manejadas. Decir que el CGI usado en esta película es mediocre es ser bien amable – no es que sean efectos necesariamente malos (de hecho Mr. Hyde no se ve mal), si no que no son creíbles. Cada vez que vemos a una de las novias vampiras o a los hombres lobo, sabemos que se trata de una criatura digital, lo cual saca a uno de la ficción de la película y da la sensación de estar experimentando un video-juego. La batalla final entre Van Helsing y Drácula es particularmente mala por esto – como sabemos que son criaturas falsas las que se están tratando de matar, no hay absolutamente nada de tensión ni emoción; es como estar viendo un cutscene del video-juego de Van Helsing para PlayStation 2.
Adicionalmente, incluso las escenas de acción que no contienen demasiados efectos digitales no están muy bien logradas porque son presentadas de manera poco creíble. En pocas palabras, los protagonisas (Van Helsing y Anna) son demasiado invencibles y acrobáticos, casi como si las leyes de la física no aplicaran a sus acciones cada vez que tratan de vencer a sus enemigos. Si la audiencia no cree que los personajes están en peligro porque son demasiado fuertes, entonces no hay tensión y no nos interesa lo que pasa en la pantalla. Hay una toma en particular que siempre odié – Anna está siendo amenazada por una de las novias de Drácula dentro de una casa en su aldea. Esta la golpea, ella sale volando por una ventana (ya debería haberse roto un par de huesos ahí), cae de cara en el suelo, pero se levanta inmediatamente (limpia y sin heridas) y se va corriendo. Es una de las tomas menos creíbles que jamás haya visto en una película de acción, y uno de tantos ejemplos de por qué la acción no funciona acá. Sommers definitivamente hizo un mejor trabajo en sus películas de La Momia.
En lo que se refiere a las actuaciones, tenemos un poco de todo. Hugh Jackman está en modo de héroe de acción, presentándonos a un Van Helsing que es mitad Wolverine, mitad… bueno, Hugh Jackman. No se trata de una caracterización particularmente compleja, pero cumple su cometido. Como Anna, Kate Beckinsale es Selene (de Inframundo) pero de Europa del Este, presentándonos con un acento horrible, un look impresionante (jamás de despeina ni se ensucia) y una caracterización plana. El Drácula de Richard Roxurgh no es particularmente memorable; su acento es igual de malo que el de Beckinsale y hay escenas en que se pone más quejón y emocional que Anakin Skywalker en El Ataque de los Clones, a pesar de que, bueno, se supone que no tiene emociones. Ajá….
Los actores secundarios están un poco mejor. El que se roba el show, por así decirlo, es el Carl de David Wenham, el único personaje legítimamente chistoso, una buena (y graciosa) actuación en una película llena de acentos malos y héroes perfectos. Al menos logra salirse de la sombra del Q de James Bond. Como Igor, Kevin J. O’Connor (el gran Beni de La Momia) es igual de memorable, creando a un personaje lleno de humor seco y sombrío, aprovechando las pocas líneas que tiene al máximo. («¡Por favor, no me maten!», le dice a Van Helsing. «¿Por qué no?» «Bueno, eehhh…») Y como las novias de Frankenstein, Elena Alaya (mmm…), Silvia Colloca y Josie Maran no tienen mucho qué hacer, pero eeehh… son «dulce para la vista», por así decirlo.
Les dije antes que Van Helsing sería una película difícil de defender, y con todo lo malo que he dicho que tiene, se deben estar preguntando por qué igual digo que me gusta. Bueno, a pesar de todas las escenas improbables y efectos especiales mediocres, a final de cuentas se trata de una película impresionantemente entretenida. De repente se debe a la actuación de Wenham, al ritmo acelerado (la película avanza bastante rápido), al diálogo a veces chistoso (pero en muchos casos de manera no intencional), a la trama enredada o simplemente porque, mientras uno la ve, se queda pegado para ver qué tan ridícula se puede ir poniendo. No lo sé con certeza – supongo que es uno de esos filmes «tan malo que es bueno» – es tan ridículo que es simplemente imposible dejar de verlo.
¿Le recomendaría Van Helsing a todo el mundo? No realmente – creo que es necesario tener cierta apreciación por este tipo de película, y especialmente por lo cursi, por lo cheesy y por lo exagerado. Porque si hay una palabra que describe a la película, es esa: «exagerada». Todo, desde los escenarios hasta los efectos especiales y las actuaciones (el pata que hace del monstruo de Frankenstein parece que está actuando en una novela mexicana) es realmente exagerado y dramático, como si Sommers creyera que, al estar haciendo un blockbuster que tiene que ganar millones en la taquilla, todo tiene que ser grande y épico. Bueno, la película no es particularmente épica (a pesar de haber sido grabada en Europa del Este y todo), de repente porque la trama tonta y los efectos digitales malos la limitan, pero sí es divertida. Habrá sido un fracaso comercial y crítico y la serie de TV que planeaban hacer con los sets ya armados (se iba a llamar «Transilvania»… ¡qué creativos!) nunca habrá salido al aire, pero al menos podemos comprar el Blu-Ray (¡lo encontré en descuento en Amazon.com!) y disfrutar de esta ridícula pero entretenida película. Al menos yo lo haré de cuando en cuando.
Avance Oficial:
Justo está dando Van Helsing en la tv y me puse a buscar ciertas explicaciones de la película, precisamente por lo confusa que se va tornando la historia. Me topé con tu review y concuerdo con todo, también me resulta entretenida a pesar de sus fallas. La encuentro divertida, emocionante y además ¿cómo no amar a Beckinsale?, me encanta cómo sale en Click: perdiendo el control; uffff.. jajaja. En fin, buen análisis, sigue así.
¡Muchas gracias por el comentario, Alexander! Sí, tiene muchas cosas, tanto formales como más subjetivas, que están mal, pero por todas las razones que he expuesto acá, me quedo pegado cada vez que la encuentro en la TV. Bueno saber que no soy el único, jaja.
Gracias por tus palabras. ¡Saludos!