Rosa Chumbe
Rosa Chumbe es un notable estudio de personaje, una película nacional que se concentra en seguir la vida de una policía que se odia a sí misma, una mujer con una vida complicada y una hija problemática. Se trata de un drama espectacularmente actuado que presenta una historia sencilla pero bien contada, lleno de momentos importantes y un desenlace que resultó ser una grata sorpresa por lo inesperado y efectivo que terminó siendo.
El filme no sigue una narrativa tradicional de tres actos; el guion está más interesado en desarrollar al personaje de Rosa Chumbe (Liliana Trujillo) y hacerla atravesar una suerte de arco de redención, que en introducir conflictos típicos. Acá no hay un “bueno” y un “malo”; todos los personajes de la cinta, desde la misma Rosa hasta su hija (Cindy Díaz) habitan una zona moral gris. Son gente compleja y realista que comete errores, pero que a fin de cuentas simplemente están tratando de sobrevivir en una ciudad despiadada, criolla, sucia, pero en ciertos momentos, poblada por gente buena.
Rosa es una oficial de policía, pero no es un ejemplo a seguir, precisamente. Es alcohólica, le gusta comer rico, y no se lleva particularmente bien con su hija. Se queda dormida en el trabajo, y nunca la vemos cometer ningún acto heroico, fuera del grito que le pega a un potencial ladrón de carteras (sus esfuerzos ni siquiera son recompensados por un simple “gracias”). Es un personaje con el que es difícil identificarse porque odia su vida, odia a las personas, y parece interesarle poco de lo que le ofrece su vida. No obstante, es precisamente debido a eso que su eventual redención resulta ser tan efectiva, tan emotiva.
Rosa Chumbe es, además, una película de contrastes. Presenta una ciudad sucia y caótica en donde uno, sin embargo, puede disfrutar de ciertos placeres, como la señora de los anticuchos que da papitas de “yapa”, o espectáculos callejeros divertidos que le brindan diversión a las familias. También contiene secuencias chocantes, incluyendo una en donde una muerte muy real y muy triste es contrastada con un acto que, para algunos, podría ser considerado como asesinato. El director Jonatan Relayze nunca manifiesta su posición en relación a este tema; simplemente presenta la situación de manera realista, como para que cada espectador saque sus propias conclusiones.
La película también maneja el tema de la fe de manera interesante, relacionándolo un poco al realismo mágico, por ejemplo. Rosa vive una experiencia que podría ser considerada por muchos como sobrenatural, y aunque Rosa Chumbe nunca deja en claro si esto de verdad sucedió o no, es suficiente como para que se lleve a cabo un quiebre en el personaje, para que decida cambiar el rumbo de su vida y trate de encontrar en su propia fe, una manera de corregir uno de sus más grandes errores. La conclusión de la película sugiere que su fe dio frutos, aunque es suficientemente abierto como para que uno también la pueda cuestionar. Se trata de un desenlace poderoso que ciertamente no me esperaba, pero que funciona muy bien.
Rosa Chumbe es una película casi muda, en la que los personajes se expresan más a través de sus rostros y el movimiento de sus cuerpos, y no tanto con diálogo. De hecho, las escenas sin texto hablado son las que funcionan mejor; los pocos diálogos que Relayze introduce son raros y poco naturales, y están actuados de manera algo tiesa. El resto del filme, no obstante, aprovecha muy bien la expresividad de sus dos protagonistas, quienes son capaces de decir mucho sin necesidad de usar palabras.
De hecho, Liliana Trujillo es excelente como Rosa Chumbe, una mujer compleja, amargada, triste, que de cuando en cuando es capaz de mostrar un poco de bondad y cariño (como cuando le deja algo de comida de unos niños de la calle, o como cuando sale a pasear con su nieto). Trujillo dice mucho con su rostro, con su mirada, y logra desarrollar a una protagonista muy compleja sin convertirla en una caricatura. Por su parte, Cindy Diaz también da una actuación fascinante, dando a entender que su personaje es una chica que simplemente quiere sobrevivir, y que haría lo que sea necesario para seguir con su vida. No es una mujer que esté lista para ser madre, y de hecho comete varios errores muy irresponsables, pero hacia el final de la película, uno siente que ambas mujeres, a final de cuentas, seguirán con su vida. No es un desenlace esperanzador, precisamente, pero tampoco es exageradamente deprimente.
Rosa Chumbe es de las mejores películas nacionales que he visto este año. Visualmente es cumplidora; Relayze abusa un poco de los primeros planos de sus actrices, y algunas escenas nocturnas contienen planos con mucho grano, pero fuera de eso, el director presenta una Lima muy realista y amplia y variada, mostrado zonas desde el Centro de Lima, hasta San Borja. Su historia se ve beneficiada por dos impresionantes actuaciones centrales, las cuales terminan de convertir a Rosa Chumbe es una experiencia algo fuerte, pero que definitivamente vale la pena ver en la pantalla grande.
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